Le estaba costando muchísimo salir y no podía pedir ayuda porque se encontraba sola y apenas se podía mover sin hundirse. Al cabo de unas horas intentando mantenerse a flote sin rendirse, apareció un hombre a lo lejos al que gritó hasta que la oyó. Él le ayudó a salir con una cuerda que ató a su camello, pero fueron las horas más largas de su vida, hasta que consiguió salir.
Sus compañeros, extrañados de que tardara tanto, fueron en su busca pensando que le había pasado algo muy grave, pero cuando la vieron llena de barro comprendieron lo que le había ocurrido.”
Cristina Barbero Barbero 2º ESO A
ilustración de Jorge Díaz de la Vega 4º ESO A
ilustración de Jorge Díaz de la Vega 4º ESO A
(Sin Título)
“Un buen día, Myriam Seco, se despertó por la mañana, pronto, sudando. Se acordó de que había tenido una pesadilla, que estaba estudiando una pirámide que descubrieron hace muy poco. Estaba de un lado para otro observando cosas, investigando, y todo eso que se suele hacer; ese día iba sola, normalmente iba acompañada de Óscar, su amigo y compañero, pero aquel día no había podido ir porque se había muerto su abuela y tuvo que marcharse corriendo a España. Entonces, cuando estaba más concentrada en sus investigaciones, escuchó un fuerte ruido, se dio la vuelta y vio todo oscuro, corrió hasta la salida y vio que se le había cerrado la puerta. ¡Estaba encerrada en aquel lugar tan oscuro! ¿Quién la rescatara? ¿Sobrevivirá sin comida y sin agua? ¿Se hará realidad? ¿Volverá a soñar con eso?”
“Un buen día, Myriam Seco, se despertó por la mañana, pronto, sudando. Se acordó de que había tenido una pesadilla, que estaba estudiando una pirámide que descubrieron hace muy poco. Estaba de un lado para otro observando cosas, investigando, y todo eso que se suele hacer; ese día iba sola, normalmente iba acompañada de Óscar, su amigo y compañero, pero aquel día no había podido ir porque se había muerto su abuela y tuvo que marcharse corriendo a España. Entonces, cuando estaba más concentrada en sus investigaciones, escuchó un fuerte ruido, se dio la vuelta y vio todo oscuro, corrió hasta la salida y vio que se le había cerrado la puerta. ¡Estaba encerrada en aquel lugar tan oscuro! ¿Quién la rescatara? ¿Sobrevivirá sin comida y sin agua? ¿Se hará realidad? ¿Volverá a soñar con eso?”
Ana B. Colmenero 2º ESO A
Una experiencia Inolvidable
“-¡No puede ser! -Exclamó la profesora Myriam.
-La puerta principal y las puertas secundarias están cerradas, y no es casualidad, desde luego, las dejamos con un sistema anticierre.
-¡Justo ahora cuando estábamos terminando de sacar el ánfora del faraón Ramsés II!
No veíamos nada, algo preocupante, en especial para mí, Lewis, que sufro claustrofobia.
He de confesar que aquellas estatuas de Anubis me producían cierto espanto.
-Me ha parecido escuchar algo, dije alertado.
-¿Escuchar qué? -Dijeron a unísono el profesor y la doctora Myriam.
De repente, toda la sala retumbó con un enorme estruendo, aún con la poca luz que percibíamos descubrimos que aquellas dos estatuas de Anubis se movían…”
Ronal Betancourt Angulo 2º ESO A
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