Cuando Romeo pidió ayuda a Celestina para que le ayudara a conseguir el amor de Melibea no sabía todo lo que iba a tener que pasar... Tuvo que luchar incansablemente contra Gigantes, acompañado de su valiente escudero, conocido por el sobrenombre de Quijada, o "Quesada, o tal vez era Quijana..." También tuvo que cruzar el gélido glaciar y el ardiente desierto, y escalar hasta lo más alto de la más alta torre. Y todo, ¿para qué? Para encontrarla en brazos del arcipreste de Salamanca, un tal Lázaro de Tormes.
Javier García Galache 1º de Bachillerato
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